Saturday, August 8, 2020

Cuando Luchas con la Salud Mental

 

Cuando tenía 15 años luché tanto con la angustia que empecé a automutilarme todos los días. En un entonces me llevaron a un psiquiatra quien me recetó medicamentos antidepresivos. Luego, a los 17 años conocí a Jesús como mi Salvador personal. Esto cambió mi vida entera. El Señor me libró de los pozos más profundos de tristeza sin esperanza. Sin embargo, ser un hijo de Dios no significa que no experimentarás tristeza (Juan 11:35). Gracias a Dios, puedo dar testimonio que desde que fui salvo en 2005 nunca he vuelto a la autolesión. Sin embargo, admito que a veces todavía lucho con la tristeza. La gran diferencia entre la tristeza que experimento ahora y la tristeza que experimentaba antes es la esperanza (1 Tesalonicenses 4:13). Ahora tengo la certeza de la vida eterna y de los propósitos de Dios en mi vida, y por eso siempre tengo esperanza, aun en medio de la pena. Si no conoces a Jesús, esta es tu mayor necesidad. Te invito a hacer click aquí y leer esta explicación de cómo ser salvo. Estoy escribiendo este artículo esperando ser transparente sobre las luchas de la salud mental y con la intención de compartir unos consejos que me han ayudado. Yo soy pastor y he tomado muchos cursos de consejería bíblica y aun psicología para mi título y para mi magister en curso, pero no soy psicólogo ni doctor ni psiquiatra. Es por eso que ningún lector debe tomar mis consejos con el peso de lo que diría un profesional médico. Habiendo dicho esto, quiero compartir unas poderosas cosas que me han ayudado a combatir la tristeza, la ansiedad, y el desánimo.

 

1. Lectura bíblica. Hablamos acerca de la suficiencia de las Escrituras y sobre cómo amamos la Biblia, pero entre el dicho y el hecho, hay mucho trecho. Cuando luchamos con la salud mental, necesitamos leer, escudriñar, memorizar, meditar en, y obedecer a la palabra de Dios. Josué 1:8 dice, “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” Las verdades de la Biblia son como ancla firme en medio de las olas furiosas de las tempestades de esta vida.

 

2. Oración. A veces tratamos a la oración como un último recurso, pero para los hijos de Dios tiene que ser nuestra primera reacción tanto en las buenas como en las malas circunstancias. Dios desea escucharnos siempre y no existe mejor terapia que derramar el corazón ante su trono de gracia (Hebreos 4:16). ¡Dios quiere que convirtamos toda preocupación en una oración! Filipenses 4:6 dice,Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

 

3. Sé un dictador mental. No tienes que ser esclavo de una mente desordenada. Cada pensamiento que tienes, que va en contra del conocimiento de Dios, necesita ser llevado cautivo a la obediencia de Cristo (2 Corintios 10:5). No permitas que tu corazón te guíe (Proverbios 28:26), porque es engañoso (Jeremías 17:9), sino, guíalo tú de acuerdo con las enseñanzas de la palabra de Dios. Hay preciosa paz al alcance de todos aquellos que piensan constantemente en el Señor; “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” (Isaías 26:3)

 

4. Ejercicio. Las endorfinas son poderosas y el ejercicio en general es bueno tanto para la salud física como para la salud mental. La Biblia dice, “porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, mas la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de la vida presente y de la venidera.” (1 Timothy 4:8). Aunque la enseñanza de este versículo es que el ejercicio espiritual vale mucho más que el ejercicio físico, a veces olvidamos que el versículo también habla sobre sí hay provecho en el ejercicio corporal.

 

5. Sueño. Necesitas dedicar el tiempo necesario al sueño. Tu cuerpo necesita dormir bien o si no, va a desordenarse grandemente. Este punto requiere diligencia de parte tuya. Acuéstate a una buena hora y levántate temprano para enfrentar el día con las pilas recargadas. Dios quiere que duermas bien. “Pues que a su amado dará Dios el sueño.” (Salmo 127:2) “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.” (Salmo 4:8) Si te cuesta dormir, comparto algunas ideas para mejorar tu sueño:

 

A. Ejercicio. Si no tienes sueño al final del día, puede ser porque no estás gastando suficiente energía en el día.

 

B. Cama. ¿Cuándo fue la última vez de comprar un colchón nuevo? Cómprate uno nuevo y no seas tacaño porque el sueño es importantísimo.

 

C. Apaga tu celular. No es sano estar conectado a las RRSS hasta la madrugada. De hecho, sería bueno para todos si pasáramos menos tiempo en los celulares y especialmente en las RRSS. Quizás sería una sana regla ni llevar tu celular a la cama. 

 

D. Elimina la televisión de tu dormitorio.

 

E. Deja de comer tremendas comidas muy tarde. Si es necesario, come una pequeña colación antes de dormir, pero que algo de unas 100 calorías (como frutos secos, yogurt o fruta).

 

F. Algunas personas encuentran que les ayuda dormir mejor si toman algo caliente antes de dormir. Prueba manzanilla o hierbabuena, pero siempre debe ser algo sin cafeína. De hecho, recomiendo dejar de tomar bebidas con cafeína completamente.

 

6. Dieta. Tener una buena dieta ayudará a cada área de su salud. Procura tener una dieta balanceada y nutritiva. Si tu dieta está muy desordenada, te serviría mucho visitar a un nutricionista. Si puedes encontrar a uno que es hermano en Cristo, mucho mejor. Evita las dietas de moda y prefiere una sana dieta tradicional. Recomiendo dejar de tomar cafeína. El café descafeinado es tan rico como el normal, y el efecto de dejar la cafeína es maravilloso. Te dará jaqueca la primera semana si ya eres adicto, pero vale la pena. No consumas cosas muy dulces. Si tienes que tener un poco de dulzor, prefiere miel porque es natural, pero no en exceso (Proverbios 25:16). Limita los endulzantes y el azúcar refinado. Limita el consumo de chatarra. Creo que ni es necesario mencionar que no debes consumir drogas, fumar cigarrillos, beber alcohol, comer en exceso, u otras cosas que esclavizan y son dañinas a tu salud.

 

7. Sol. Tu cuerpo necesita vitamina D. Cuando hay sol, sale a caminar diario. Si vives en un lugar donde no hay sol o donde las condiciones climáticas no te permiten salir, pregunta a un médico acerca de tomar vitaminas. Te puede pedir exámenes de sangre que revelarán si tienes alguna deficiencia. Cuando existe este tipo de desequilibrio en tu cuerpo, puede afectar negativamente hasta a tu salud mental.

 

8. Noticias. No es recomendable ver noticias todo el día. Las empresas que producen las noticias que se ve en la televisión sobreviven por el temor y el temor no es sano para nosotros. Cientos de veces Dios dice en la palabra “no temas”. Muchas personas prefieren fuentes noticieras en internet. Y mientras estoy en el punto de la televisión, también quiero animarte a no dejar la tele prendida todo el día (sean noticias o no). Salmo 1:1 dice, “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;. Tampoco es necesario tener una tele en cada habitación del hogar, en la cocina, y los dormitorios. ¡En nuestra casa no tenemos ninguna televisión y nosotros hemos sobrevivido hasta ahora!

 

9. Intimidad. Si eres casado, disfruta a tu cónyuge (y solo a tu cónyuge). Esto es sano y es parte del diseño de Dios. Si quisieras aprender y crecer en este tema, hay muy buenos libros que puedes leer, como, por ejemplo, “El Acto Matrimonial” por Tim LaHaye o “El Placer Sexual Ordenado por Dios” por Ed y Gaye Wheat. La Biblia dice, “Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre.” (Proverbios 5:18-19) Si no eres casado, decide conservarte de hoy en adelante en pureza sexual para la gloria de Dios. Descubre la filosofía bíblica sobre la sexualidad humana en este post.

 

10. Entretención. Ten cuidado con las cosas que ves y escuchas. Televisión, películas, y música son medios poderosos que pueden afectar negativamente a nuestro ánimo. “No pondré delante de mis ojos cosa injusta.” (Salmo 101:3). Cuando escoges lo que mirarás y lo que oirás, no te olvides de la santidad, “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2). Busca maneras sanas de entretenerte como la lectura, paseos, ejercicio, o algún hobby.

 

11. Servicio. Muchas veces cuando servimos a otros, nos ayuda a mejorar nuestra perspectiva. Pregunta a tu pastor sobre cómo puedes involucrarte en servir a otras personas que están sufriendo. Llevar una canasta familiar a una familia que no tiene para comer o visitar a una persona en el hospital son de gran bendición para uno (Hechos 20:35).

  

12. Amistad. Es muy sano tener amistades cristianas (Proverbios 27:17). De igual manera, la Biblia advierte acerca de las malas amistades (Proverbios 13:20). Recomiendo desvincularse de los malos amigos que solo contribuyen a tus dificultades en la salud mental. Necesitas formar buenas amistades que te apoyarán en tu vida espiritual y que serán de ayuda en los momentos más difíciles de la vida. La mejor forma de tener amigos es ser un amigo (Proverbios 18:24).


Si después de estudiar y aplicar los puntos en este artículo, sigues luchando con tu salud mental, no pierdas la esperanza. Hay mejores días por venir. Si estos puntos no han ayudado a desarraigar los problemas que estás viviendo, puede existir algún problema orgánico que un doctor de medicina general puede ayudarte a tratar. Yo recomiendo pedir hora. Explícale al doctor lo que estás experimentando, y pregúntale si puedes tener algún problema orgánico (por ejemplo: una deficiencia de vitaminas, problemas hormonales, hipertiroidismo, etc.). La gran mayoría de las veces los problemas de salud mental pueden ser tratados espiritualmente o con la atención de un médico general. Si esto tampoco funciona, como último recurso, podrías ir a un psicólogo o psiquiatra (preferiblemente cristiano). Podrías invitar a tu pastor para acompañarte si te hace sentir más cómodo.

 

Gracias a Dios, si tú eres salvo, tienes todo lo necesario para vivir una vida devota al Señor (2 Pedro 1:3). Tienes la Biblia, el Espíritu Santo, y la iglesia del Dios viviente. Sigue confiando en Dios. Pon los ojos en Jesús, Él es tu todo. Las cosas mejorarán.

 

Hebreos 12:2

puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.