Wednesday, November 15, 2017

Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre

Es penoso ver cómo Saúl desesperadamente trataba de salvar su reinado mientras Dios le desechó. Fue ungido como rey cuando era pequeño en sus propios ojos (1 Samuel 15:17). Cuando Saúl iba ser puesto por rey, dijo "¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín?" (1 Samuel 9:21). Cuando fue humilde, Dios le exaltó. Después se creyó mucho y en su soberbia hacía cosas que no le correspondían (como el sacrificio de 1 Samuel 13 o el botín del capítulo 15). Dios rasgó el reino de Saúl y lo dio a uno que fue humilde, David. Esto se observa claramente en el capítulo 18 de 1 Samuel:

vv. 7-8 "...decían: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho..." La soberbia de Saúl no pudo dejar que David tuviera más éxito que él.
v. 12 "Mas Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, y se había apartado de Saúl;"
v. 14 "Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él." ¿Por qué estuvo Dios con David pero se apartó de Saúl? "Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido." (Mateo 23:12)
v. 18 "...David respondió a Saúl: ¿Quién soy yo, o qué es mi vida, o la familia de mi padre en Israel, para que yo sea yerno del rey?" David, casi haciendo eco de las palabras de Saúl en 1 Samuel 9:21, demuestra su humildad y la razón por la bendición, presencia, y enaltecimiento de parte de Dios.
v. 23 "...¿Os parece a vosotros que es poco ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de ninguna estima?" Debemos ser humildes.

Santiago 4:6
Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.