Esta es una carta ficcional escrita a todos los que en un momento se congregaban fielmente pero que ahora desaparecieron. Esta carta no fue escrita a nadie en particular sino que es una colección de los sentimientos encontrados todos los días cuando medito en personas así.
Querido/a,
Hoy pensé en
ti como hago todos los días. Llevo tu nombre ante el trono de Dios en mis
oraciones. Recuerdo los momentos que compartíamos en dulce comunión. Pero ahora
no es así. Te fuiste. A veces es sin explicación, a veces es por pecado, o quizás
algo que dije o hice te ofendió. Quiero que sepas que mi corazón está roto. No
pasa ni un día sin lamentar el hecho de que no estás. Veo que estás haciendo
mal por ti, por tu matrimonio, y por tu familia y me duele mucho. Aunque quizás
doy la impresión de ser un hombre muy frío, siento mucho. He llorado por ti
demasiadas veces para contar. No sé qué hacer o decir, solo sé que quiero que
vuelvas. ¿Sabes que te amo? Lo debes saber, te amo. Vuelve, vuelve pronto.
Pastor Patricio Sheridan
Gálatas 5:7
Vosotros corríais bien;
¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?
Salmo 55:14
Que juntos comunicábamos
dulcemente los secretos, Y andábamos en amistad en la casa de Dios.