Principios cosechados de la vida de Rebeca para
ayudarte a elegir una esposa
Génesis 24
En Génesis 24 se encuentra una historia
donde Abraham manda a su siervo a la tierra de Mesopotamia para buscar una
esposa para su hijo Isaac. Es allá donde Dios le guía a una mujer virtuosa para
Isaac, la Rebeca. Es seguro que lo que leemos en este capítulo (y se le
recomienda leerlo para el máximo provecho de este articulo) es bastante
diferente al proceso del día de hoy para conocer a una mujer y casarse con
ella. A pesar de las diferencias que hay, también hay unas muy buenas lecciones
que podemos aplicar para un joven cristiano en la búsqueda de su futura esposa.
Jóvenes, después de ser salvo, esta es la decisión más importante que tomarán en
la vida entonces merece nuestra atención. Veremos estas 5 cualidades de la vida de Rebeca que uno debe buscar
en una mujer para casarse con ella: debe ser salva, debe ser hermosa, debe ser
pura, debe ser hospedadora, y debe ser trabajadora.
1. El yugo
desigual
vv. 3-4 “y te
juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás
para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; sino
que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.”
En estos dos versículos podemos ver un paralelo entre
la vida de un hijo de Dios hoy y el Abraham. Abraham era un forastero, un
peregrino, un extranjero en la tierra donde vivía. Vivía en Canaán pero no era
de Canaán. Lo mismo es verdad con los cristianos: en este mundo somos “extranjeros y peregrinos” (1 Pedro 2:11) porque “nuestra ciudadanía está en los cielos” (Filipenses 3:20). Vivimos en este mundo
pero no somos de este mundo. De la misma manera que Abraham le hizo a su siervo
ir a su tierra y buscar una esposa de su familia (prohibiendo que su hijo se
casara con una hija de los cananeos) los cristianos deben casarse con otro
ciudadano de la “patria” (Hebreos 11:14) “celestial” (Hebreos 11:16)
y son prohibidos de casarse con un incrédulo. Dios establece esa norma en el
Nuevo Testamento cuando nos dice “No os
unáis en yugo desigual con los incrédulos” (2 Corintios 6:14). ¿Qué yugo hay que sea más importante que el de
la unión conyugal? También el Señor nos dice lo siguiente acerca de las viudas
cristianas: “libre es para casarse con
quien quiera, con tal que sea en el Señor.” (1 Corintios 7:34). Si su esposo fallezca, tiene la libertad de
casarse de nuevo con la persona que quiera, pero tiene que ser con alguien
salvo. Si buscas una esposa, primeramente busca una que conoce a Cristo como su
Salvador.
2. Era
hermosa (por adentro y afuera)
v. 16 “Y la doncella era de aspecto muy hermoso…”
Rebeca aquí se
describe como una señorita hermosa. En la Biblia entendemos que la verdadera
hermosura es algo interno. En vez de arreglarse en frente de un espejo la mujer
cristiana tiene el llamado de ataviarse con el adorno interno, el del corazón.
Se debe adornar con pudor, con buenas obras y con un espíritu afable y apacible
(1 Timoteo 2:9-10 & 1 Pedro 3:3-4); su hermosura es una
interna. Pero sabemos que también le importa a Dios el aspecto físico. Por eso
es importante en la búsqueda de una esposa buscar una mujer que aplica
principios bíblicos a su vestimenta. Hay dos principios muy importantes en
cuanto a la forma de vestirse: la modestia y la distinción. Cuando una
mujer cristiana es hermosa por adentro, eso después se demostrará por afuera con
modestia y distinción. El enfoque principal es uno interno (1 Samuel 16:7) y un corazón correcto se
revelará en una apariencia que honra a Dios. Consideremos dos principios que gobernarán
al corazón de una hermosa mujer sometida a Dios.
A. Modestia- “Asimismo que las mujeres
se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia…” (1 Timoteo
2:9). Una mujer cristiana no debe usar ropa apretada ni reveladora. Siempre
recordando que el hombre se estimula visualmente (Mateo 5:28). Rebeca muestra su modestia cuando se cubre de su
futuro esposo en el v. 39. Aunque
los hombres no son inocentes ni excusables cuando miran a una mujer y cometen
adulterio con ella en sus corazones, pero una cristiana tampoco querrá que su
vestimenta sea una ocasión de tropiezo para un hermano en Cristo (Romanos 14:13). Es importante que cubra
en frente de los demás (no vestirse con ropa apretada ni mostrar escote) y que
su cuerpo sea solamente para su esposo. Hay una ropa que es de las rameras (Proverbios 7:10) y hay una ropa que
corresponde a una hija de Dios, que ellas se vistan con la segunda.
B. Distinción- “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el
hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera
que esto hace.” (Deuteronomio 22:5).
Vivimos en una época “unisex” donde los sexos se están mezclando cada vez más. El
mundo tiende a mezclar los sexos, pero Dios quiere que sean distintos. Mientras
hace 50 años hubo ropa solamente para hombres y ropa solamente para mujeres,
hoy en día puede ser difícil en una tienda de ropa usada saber qué ropa es para
hombres y qué ropa es para mujeres. Tanto como es importante por cada mujer cristiana
vestirse de manera modesta deben también vestirse de manera femenina. Es
importante al Señor que la ropa de una dama le distinga como parte del sexo femenino,
por lo tanto cada hija de Dios debe elegir artículos de ropa que son
distintamente femeninos. Como apoyo al principio bíblico de la distinción entre
los sexos véase también 1 Corintios
11:14-15.
3. Era
pura
v. 16 “Y la doncella era de aspecto muy hermoso,
virgen, a la que varón no había conocido…”
Este versículo
nos dice que la Rebeca era una joven pura. Ella era una virgen. Ella había sido
diligente en cuidar su pureza guardando su virginidad para su esposo. La gente
dice que hoy en día esto es imposible. Son totalmente equivocados. He conocido
a multitudes de matrimonios cristianos quienes eran vírgenes cuando se casaron,
incluyendo a mi propio matrimonio. Mi esposa y yo estuvimos tres años de novios
sin besarnos; se puede mantener puro. No solamente se puede, pero ¡hay que
hacerlo! Los jóvenes cristianos deben buscar a otro virgen para casarse con él
o ella. Se deben casar con alguien que sea un “ejemplo de los creyentes en…pureza.” (1 Timoteo 4:12)
El sexo
es algo lindo y hermoso que Dios creó para nuestro placer. Es para disfrutar
dentro de los parámetros que Él ha establecido y ellos son: el sexo debe ser entre
un hombre y una mujer casados. Es solo cuando el sexo sucede fuera de las
normas de Dios que llega a ser algo feo, sucio, y pecaminoso. En la Biblia se
usa dos palabras para describir el pecado sexual: la fornicación y el
adulterio. La palabra fornicación en el griego es la palabra de la cual se deriva
“pornografía”, y es una palabra general que describe todo tipo de pecado
sexual. Otra palabra para describir el pecado sexual es el adulterio. El
adulterio es más específico y es cuando una persona casada tiene relaciones íntimas
con otra persona que no sea su cónyuge. La palabra de Dios condena a los
fornicarios y adúlteros “a los
fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos
13:4) y aparte de la salvación por medio de fe en Jesucristo no heredarán
el reino de Dios (1 Corintios 6:9). Si
ha cometido pecado sexual en el pasado, no se desespere, hay perdón en
Jesucristo. Si todavía no le conoces como Salvador personal arrepiéntete y cree
en Él. Él te salvará y te hará una nueva criatura. No puede cambiar el pasado,
pero puede ser perdonado y comprometerse a la pureza de hoy en adelante. No es
necesario que uno sea virgen para ser candidato del matrimonio sino que debe tener
una “mentalidad virgen”. ¿Qué es la mentalidad virgen? Es un compromiso profundo
a la pureza a pesar del pasado. Es la mentalidad de obedecer a la palabra de
Dios en cuanto a mi sexualidad desde hoy y para siempre. Es uno que ha decidido
no tener sexo desde hoy hasta que se case. Quizás cometió errores en el pasado
pero se arrepintió y reconoció que en Cristo “las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17). Por eso, a pesar de
no ser virgen, una persona con la mentalidad virgen vive su vida como si fuera
virgen esperando el casarse para tener sexo. Por ayuda en el mantenerse puro se
les recomienda mucho estudiar 1 Corintios
6:18-7:2. Joven, no te cases con alguien que no está comprometido mantenerse
puro delante de Dios.
4. Era hospedadora
v. 19 “Y cuando acabó de darle de beber, dijo: También para tus camellos
sacaré agua, hasta que acaben de beber.”
v. 25 “Y añadió: También hay en nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar
para posar.”
Qué gran
ejemplo de la hospitalidad fue la Rebeca. Ella encuentra a este hombre cerca de
un pozo y cuando él le pide que lleve carga por una milla, ¡y ella va con él
dos! (Mateo 5:41) El siervo de
Abraham le pidió “un poco de agua” (v. 17) y ella no solo le dio a él sino también
sacó agua para sus camellos. Y como si esto no fuera suficiente ella también le
dice “ven a nuestra casa para dormir y comer ahí, además tenemos espacio y alimento
para sus animales.” Rebeca es admirable en su carácter y en cuanto a la
hospitalidad nos da un ejemplo de qué debemos buscar en una esposa.
El
pueblo cristiano debe ser un pueblo hospedador. Abriendo su casa a otras
personas es una gran manera de mostrar el amor de Cristo hacia los salvos y los
perdidos. Muchas veces es una herramienta poderosa para ganar otros a Cristo. La
mayoría de las personas en nuestra iglesia que ganamos a Cristo fueron ganadas
en nuestra mesa. También tu hogar puede ser un ministerio hacia los santos. En
los dos años y medio desde que llegamos a la Patagonia alrededor de 55 personas
se han alojado en nuestra pieza de alojados. Hemos recibido chilenos,
argentinos, bolivianos, uruguayos, estadounidenses, y mexicanos. Quizás algunos
de ellos, sin que lo supiéramos, eran ángeles (Hebreos 13:2). Dios dice, “Hospedaos
los unos a los otros sin murmuraciones.” (1 Pedro 4:9) Este versículo reitere la importancia de ser
hospedador pero también nos recuerda que cuando servimos a Dios y servimos a
los demás debemos hacerlo “sin
murmuraciones”, esto es, con una buena actitud. Tratamos de escudriñar la palabra de Dios en nuestra
mesa con otros casi todos los días. Deja que tu hogar sea un modelo sincero de
una familia que quiere agradar a Cristo. Este mundo no sabe cómo es un hogar
cristiano. Este mundo piensa que todas las familias están infiltradas con
maldades como la amargura, la borrachera, la infidelidad, peleas, y los demás problemas
que son comunes en hogares de este mundo. La hospitalidad cristiana les da un
modelo de un hogar bíblico. ¡Qué gran testimonio para la gloria de Dios! La
hospitalidad es tan importante que es un requisito para ser pastor (1 Timoteo 3:2 & Tito 1:8). Vas a querer casarte con una
mujer que practica este deber cristiano.
Romanos
12:13 “compartiendo para las necesidades de los
santos; practicando la hospitalidad.”
5. Era trabajadora
v. 20 “Y se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al
pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos.”
¿Hay algo peor
que la gente floja? Quizás una uña encarnada o un tratamiento de conducto
radicular. Realmente es difícil de aguantar la pereza de los demás y fácil de
disfrutar la de uno mismo. Rebeca no era floja y qué bien porque la palabra de
Dios nos advierte mucho acerca de la flojera y sus peligros. Ella se apuró a
buscar agua para el siervo de Abraham y todos sus camellos. Debemos poner atención
al hecho de que él tenía 10 camellos (v.
10). Un camello que tiene sed después de un viaje de una semana puede tomar
hasta 100 litros de agua, y podemos imaginar que el viaje fue largo y cansador.
Posiblemente ella haya llevado cientos de kilos de agua este día y lo hizo con
prisa. Note también que cuando volvió al
pozo dice que “corrió otra vez” para
sacarles agua. Parece que Rebeca no conocía la pereza. En este sentido y muchos
otros ella era una mujer virtuosa. Proverbios
31:13-22 describe a la trabajadora mujer virtuosa cuyo valor es mucho más que
el de las piedras preciosas.
Hombres
solteros, si encuentras a una mujer cristiana, hermosa, pura, hospedadora, y
trabajadora, ¡no esperes más y cásate con ella! Pero no olvides de buscar la
voluntad de Dios e involucrar a sus padres y su pastor en esta decisión, hay
seguridad en la multitud de consejeros (Proverbios
11:14).